Dicta mucho el trabajo actual de la enfermería en salud mental, del simple cuidado y vigilancia del paciente psiquiátrico o con compromiso mental.
Los avances científico-técnicos y en el área de la psicofarmacología han moldeado a este especialista como un recurso humano imprescindible, dentro de una Unidad Psiquiátrica de Hospitalización, o de un servicio de salud mental en general. En este sentido, toda persona interesada en el tema, debe tomar lectura del siguiente trabajo, a los fines de aumentar su bagaje de información sobre la enfermería en salud mental.
Enfermería en salud mental: definición
Es la especialidad de la enfermería que se responsabiliza de la atención de personas con algún de trastorno o enfermedad mental, como son la psicosis, depresión, demencia, esquizofrenia o trastorno bipolar.
Enfermería en salud mental apoyan y asisten a personas con alteraciones mentales. Este profesional no solo aplicará los tratamientos pertinentes, sino que asumirá un papel educativo y de fomento de salud mental, a nivel comunitario e individual.
Motivan a sus pacientes a aceptar y convivir con su enfermedad, e identifican cuando se encuentran en situación de riesgo, donde podrían causarse daño a sí mismos o a otras personas.
El trabajo con estos pacientes suele ser complejo, pero un éxito logrado, por pequeño que sea, es muy confortante, lo que se debe asumir como una labor asistencial, y social a la vez.
Este enfermero forma parte de todo un equipo multidisciplinario donde se encuentran trabajadores sociales, psiquiatras, psicólogos y terapeutas ocupacionales; orientados a asistir, educar y rehabilitar a los enfermos mentales.
Enfermería en salud mental trabajan con una amplia gama de casos psiquiátricos. Por cuanto abarca personas con demencia, con problemas de conducta alimentaria, pacientes con trastorno de la personalidad, depresión, ansiedad, abuso y dependencia del alcohol y las drogas, con trastornos psicóticos, neuróticos, etc.
Por ello, estos enfermeros especialista en salud mental han de estar preparados para atender a un paciente con esquizofrenia, pero de igual forma a un anciano con alzheimer, a un niño que sufre acoso escolar a una adolescente con anorexia.
En este sentido, su trabajo puede desarrollarse en unidades hospitalarias, centros de atención primaria, pequeñas clínicas, residencias psiquiátricas, desde el hogar, e incluso en colegios donde se realizan labores de prevención y educación para la salud.
Por supuesto, para atender estas patologías, el enfermero especialista debe estar calificado para valorar y diagnosticar a los pacientes; administrar y controlar tratamientos; instruir al paciente en una técnica de autoadministración; ser un soporte terapéutico para el enfermo y sus familiares; abordar y dominar todo tipo de crisis; tomar parte en el desarrollo personal del paciente así como orientarle en su rehabilitación.
Principios de enfermería en salud mental
Son normas generales que rigen la conducta de la enfermera(o) hacia el paciente, para alcanzar un resultado inmejorable con respecto a la salud mental del individuo. Estos principios básicos son:
- Aceptación de los pacientes tal como son
- Contacto con la realidad
- Colaboración personal del profesional de Enfermería
- Estabilidad y seguridad del paciente
- Modificación de la conducta del paciente a través de la experiencia emocional
- Autocomprensión como instrumento terapéutico
- Aprobación por parte del paciente
Historia de la enfermería en salud mental y psiquiátrica
En la prehistoria, las medidas que se aplicaban para tratar a personas con problemas mentales, eran ritos tribales.
En el transcurso de las eras griegas y romanas a los enfermos se les atendía en templos donde los tratamientos eran extremos: desde cuidados humanitarios hasta azotamientos, purgas y sangraduras.
Para la Edad Media se pensaba que los enfermos mentales eran seres poseídos por los demonios y que debían exorcizarse a través de flagelos, y dejarlos sin alimentación.
Cuando la Iglesia desistió de atender a los insanos durante el siglo XVI se les internó en hospicios (combinación entre cárcel y asilo).
- En el siglo XVIII el asilo Bicetre, ubicado en las afueras de París, introdujo un nuevo régimen terapéutico llamado “terapia moral”.
- Esta terapia moral exigía que los ayudantes brindaran a los pacientes un tratamiento amable y mantuvieran su participación en el programa terapéutico.
- Los seguidores de la terapia moral estaban convencidos que la enfermedad mental se correspondía con una educación insuficiente y con obscenidades, y que un ámbito terapéutico podía superar esas debilidades.
- El trato cruel a los enfermos se sustituyó por mantenerlos ocupados con labores, música u otras actividades o diversiones.
La puesta en práctica de la terapia moral y su dependencia en los colaboradores establecieron los inicios de la asistencia que brindan actualmente las enfermeras a pacientes psiquiátricos.
Dorothea Lynde Dix, profesora estadounidense que acudió como voluntaria para cuidar a individuos de cárceles y casas de beneficencia, se aterrorizó por las condiciones que tenían estos alojamientos, en su país natal y en Canadá.
Fue defensora de los enfermos mentales, persuadió a las legislaturas estatales de que se necesitaban hospitales apropiados, no cárceles, para las personas que padecían enfermedades mentales.
De los hechos trascendentes en la enfermería en salud mental durante los siglos XVIII al XX podemos señalar:
- Durante la década de 1870 se consideraba a los asilos instituciones con una decadente imagen pública.
- En la búsqueda de mejores condiciones se incorporaron terapias eficientes con base científica, y la atención de enfermeras graduadas en vez de ayudantes o colaboradores.
- Sin embargo, en vista de que los asilos no podían contratar suficientes enfermeras para mejorar la atención al enfermo, se constituyeron escuelas de enfermería en los propios asilos. La primera estas escuelas de se fundó en 1882, en el asilo McLean en Massachusetts.
- El tratamiento para el siglo XX aún se circunscribía a regímenes dietéticos, aislamiento, baños de agua fría, inmovilizaciones, y en ocasiones, administración temprana de medicamentos sedantes y tratamiento de choque.
- La enfermería psiquiátricatuvo un salto muy significativo cuando se publicó “interpersonal relations in nursing” o “relaciones interpersonales en enfermería” de Hildegard Peplau en 1952, donde se describe la importancia de la relación entre paciente y enfermera, como modalidad de tratamiento.
- Peplau es considerada“La Madre de la Enfermería Moderna en Psiquiatría”
- Los especialistas graduados en enfermería clínica en atención psiquiátrica, tomaron con rapidez puestos de liderazgo en enfermería organizada, y motivaron el reconocimiento de su trabajo como dispensadoras autónomas de atención de la salud mental, específicamente en psicoterapia.
- En 1953 la Nation Leage for Nursing (Liga Nacional de Enfermería), requirió que se incorporara la práctica en todos los programas de estudio básico, y que estas áreas fueran impartidos por docentes que fueran enfermeras.
- A finales de 1950 se revolucionó la atención a personas con enfermedad mental, cuando se propagó por primera vez el uso del medicamento clorpromazina (sedante, antipsicótico, antiemético y tranquilizante).
A inicios del siglo XX es cuando comienza a desarrollarse plenamente la enfermería mental. En 1903 se inaugura en España el Instituto de Reformas Sociales, que se ocupará de diagnosticar los principales problemas de salud mental y mortalidad infantil.
En 1923 se crea la Escuela Nacional de Puericultura (1923) y la Escuela Nacional de Sanidad (1924), ambas instituciones españolas, buscan una solución a la dificultad del cuidado de los enfermos mentales.
Pero no es sino hasta 1926 cuando se crea una Escuela de Psiquiatría, como una respuesta apropiada a la atención este tipo de enfermos. Esta Escuela se ocupó de realizar numerosas investigaciones en torno al enfermo mental, su tratamiento y curación.
Para 1931 surge el Consejo Superior Psiquiátrico, dependiente de la Dirección General de Sanidad. Este equipo investigaba con frecuencia los problemas mentales de la sociedad, y propició que se creara la sección de psiquiatría y enfermedades mentales.
La enfermería de salud mental tuvo un gran avance en 1932. Se promulgó la ley de ordenación y regulación del personal sanitario en instituciones psiquiátricos. Ya en 1963 se dio un vuelco a la manera de suministrar atención a la salud mental al hacer énfasis en la prevención y la terapia descentralizada.
Sin embargo, después de la Guerra Civil Española la enfermería psiquiátrica sufrió un retroceso, pues no fue sino hasta 1987, cuando se crea el título de «Enfermería de Salud Mental», pero la respectiva carrera comienza a impartirse a partir de 1998 en universidades españolas.
Técnico en enfermería en salud mental
Es un técnico superior universitario preparado para incorporarse al equipo de salud, apoyando con los profesionales del área, en la aplicación de procesos básicos de enfermería y en acciones de fomento, resguardo, recuperación y rehabilitación del individuo, familia y comunidad.
Esta mención en Enfermería en salud mental lo capacita asimismo, para tomar parte en equipos de salud mental, apoyando a profesionales en labores de fomento y protección de la salud mental, así como en la aplicación de tratamiento y rehabilitación de las patologías mentales y drogodependencias.
Campo Laboral
El Técnico en Enfermería mención Salud Mental podrá destacarse eficientemente en consultorios, clínicas, hospitales, COSAM y otras instituciones de salud, así como en instituciones que albergan adultos mayores o aquellas que se enfocan a la rehabilitación de alcoholismo y drogodependencias.
Las capacidades logradas a través de su formación lo facultan, adicionalmente, para crear sus propios espacios laborales mediante la prestación de servicios de cuidado domiciliario a pacientes.
Rol del enfermer0(a) en salud mental y psiquiátrica
El papel Enfermería en salud mental ha ido evolucionando a través del tiempo; y es de suma importancia en la evolución del paciente psiquiátrico. La enfermera de atención primaria, en estos casos, ocasiona un gran impacto positivo y brinda atención integral tanto al individuo, como a la familia y su entorno.
En la actualidad el número de individuos que padece alguna patología mental se está incrementando en todo el mundo, de igual forma se propaga una atención en salud mental cada día más cultivada.
Los especialistas de Enfermería en salud mental tienen un importante papel en el fomento de la salud de los pacientes, y en el rescate del control de sus vidas.
Estos profesionales propician en el paciente el empoderamiento de sus vidas concebido como independencia, autoconfianza, y el cuidado de sí mismo.
Empoderamiento
En el campo de la salud mental, el empoderamiento del paciente ha sido considerado por la OMS como el basamento principal del orientación que se le da a la promoción de la salud y, por ello, se debe establecer métodos que respeten la voz del paciente.
El empoderamiento se describe como el procedimiento gradual de la autoestima, lo que es preciso para que las personas posean la energía requerida en el desarrollo de su salud personal.
Los pacientes con trastorno mental que han tomado parte en actividades de promoción a la salud centrada en el paciente, han vivido experiencias positivas en salud en relación con el empoderamiento.
De acuerdo a profesionales de salud mental, los procedimientos de empoderamiento en servicios y atención en salud mental están supeditados a prioridades de la financiación, y a la promoción y la distribución de responsabilidades a nivel organizativo.
Emancipación
Una persona es emancipada cuando disfruta de independencia, libertad y autonomía en sus decisiones. La obtención de la emancipación es producto de un procedimiento de motivaciones, adquisición de nuevos conocimientos, autorreflexión, objetivos y valores, a los fines de liberarse de concepciones perjudiciales.
La emancipación del paciente reside en que tiene libertad frente al control que ejercen enfermeros, doctores, y otras autoridades. Para un paciente con una enfermedad mental, conocer y entender mejor la enfermedad, y la realidad en la que se encuentra puede favorecer su emancipación y a una mejoría en la administración de la patología.
Autoconfianza
Es la creencia de las personas en sus capacidades para efectuar la actividad que se plantee o aplicar su influencia en diferentes acontecimientos. Estipula cómo una persona piensa, se motiva, se siente, y se comporta.
Individuos con autoestima alta se trazan tareas más rigurosas como un desafío y no como una amenaza a la que se debe impedir, y se sobreponen más rápidamente de errores cometidos o de fracasos.
Se ha comprobado que el estímulo de la autoconfianza en personas con alguna enfermedad mental disminuye el estrés y la debilidad para presentar una depresión. Es frecuente que las personas con trastornos mentales experimenten angustia y se sientan poco capaces de influir en sus vidas.
Por ello, el papel de los profesionales de enfermería en el enfoque de promoción de la salud, es determinante para optimizar la autoconfianza de sus pacientes.
Autogestión
Es una clave para facilitar a las personas con alguna enfermedad mental, de larga duración, ser capaces de encargarse de sí mismos y ser independientes en el ámbito de la atención y del tratamiento que suele ser totalmente controlado por los médicos.
La autogestión, desde el punto de vista médico, se refiere a la capacidad de una persona con una enfermedad, para encargarse de sus síntomas, el tratamiento respectivo, los efectos físicos, psicosociales, y los cambios de vida inherentes a una patología de larga duración.
Una autogestión eficiente se asocia a la capacidad de una persona de hacerse un seguimiento y dar respuesta cognitiva, y emocional y de comportamiento para conservarse en una calidad de vida placentera.
A través de sus experiencias, un individuo es capaz de aplicar cambios en su vida, y reconstruye su propia identidad estudiando sus propias limitaciones. En salud mental la autogestión supone trasladar el enfoque de tratamiento clásico, hacia uno más focalizado en la persona, que le facilite reconstruir sus vidas para convivir con su enfermedad permanente.
Diagnósticos de enfermería en salud mental
Proceso de enfermería
Diagnóstico de Enfermería
- Identificación de Resultados
- Planificación (Formulación de Un Plan de Asistencia de Enfermería)
- Ejecución de Acciones o Intervenciones de Enfermería
- Valoración de La Respuesta del Paciente a las Intervenciones
Diagnósticos de enfermería en Salud Mental
- Confusión aguda
- Duelo anticipado
- Ansiedad
- Déficit de limpieza e higiene personal
- Conflicto de decisiones
- Actividad de diversión deficiente
- Déficit de conocimientos
- Trastornos del crecimiento y desarrollo
- Alteración de la imagen corporal
- Alteración del patrón de sueño
- Déficit de vestido y aseo personal
- Duelo disfuncional
- Miedo
- Déficit de autocuidado alimentario
- Desesperanza
- Nutrición desequilibrada: inferior a las necesidades corporales
- Adaptación alterada
- Memoria alterada
- Capacidad parental alterada
- Interacción social alterada
- Comunicación verbal alterada
- Afrontamiento ineficaz
- Mantenimiento de la salud ineficaz
- Patrones de sexualidad ineficaces
- Riesgo de violencia dirigido contra sí mismo
- Aislamiento social
- Angustia espiritual
- Déficit de autocuidado en la eliminación
Ejemplo de Diagnóstico
- Un varón de 52 años fue diagnosticado de insuficiencia cardíaca aguda y acidosis metabólica. Su síntoma más importante era la sensación de ahogo. La historia clínica reveló dos infartos de miocardio, estreñimiento crónico y cifosis. Luego de haber completado la valoración psicosocial, se analizan los datos, incluyendo observaciones sobre los síntomas clínicos de ansiedad y una verificación de la anamnesis.
Identificación de Resultados
Validación de datos y cotejo con lista de características definitorias de los diagnósticos supuestos. Diagnósticos de enfermería relativos a las necesidades psicosociales del paciente.
- Ansiedad moderada, asociada con estado físico y la hospitalización, lo cual se manifiesta por voz trémula, aumento de expresión verbal con lenguaje apresurado, temblor de las manos mientras habla y sudoración.
- Manejo ineficaz sobre la separación de su familia y su hogar, al cambio de su estado físico y a la restricción de la movilidad.
- Alteración de sueño asociado a la ansiedad, luego de la enfermedad física.
- Funciones sexuales ineficaces asociadas con el miedo y a la ansiedad respecto del funcionamiento sexual, luego de la enfermedad física.
Planificación
Es individual, identifica las prioridades asistenciales y las intervenciones efectivas propuestas.
Establecimiento de prioridades:
- Considerar la urgencia
- Gravedad del problema
- La necesidad
- Impacto en el paciente
Redacción del Plan de Asistencia
- Personalizar el Plan de Asistencia de acuerdo al diagnóstico de enfermería, con un lenguaje accesible y natural, que sea comprensible para que fluya y se trasmita la información adecuadamente
- La exposición de las intervenciones de enfermería debe ser específicas con prioridad a la asistencia de enfermería
- Detallar los resultados correspondientes a cada diagnóstico, tomando en cuenta los objetivos a corto y largo plazo
- Determinar el funcionario responsable de cada intervención
Ejecución del Plan de Enfermería en Salud Mental
- Intervenciones de asesoramiento para apoyar al paciente a cambiar, mejorar o recobrar sus habilidades de afrontamiento
- Mantenimiento de un ambiente o medio terapéutico
- Intervenciones estructuradas para suscitar el cuidado propio y el bienestar físico y mental
- Educación para la salud
- Intervenciones para promocionar la salud mental o evitar la enfermedad mental
Valoración
Se basa en el estado del paciente, su desarrollo hacia la consecución de objetivos y la reevaluación constante del Plan Asistencial.
Posibles resultados
- El paciente se manifiesta de la forma prevista a las intervenciones de enfermería
- Se efectúan los objetivos a corto plazo, no así los a largo plazo
- El paciente es incapaz de conseguir resultado alguno
- Se determinan nuevas dificultades o necesidades que obligan a la enfermera a revisar el Plan de Asistencia.
Intervención de enfermería en salud mental
Para la atención de los pacientes en enfermería en salud mental en los centros de salud conforman dos grupos: Un primer equipo de enfermeras que conformarán el grupo de intervención, y un segundo grupo llamado descontrol.
Intervenciones generales
- Formación y sensibilización
- Intervenciones en los dispositivos
- Recursos materiales necesarios
- Conexión con otras redes y recursos
- Intervenciones sanitarias sobre la salud física
Intervenciones más comunes de enfermería en salud mental
- Sugerir al médico una concentración sanguínea de los fármacos antipsicóticos.
- Tomar signos vitales
- Decir al paciente que debe tomar la medicación o tendrá que sujetarle.
- Forme una relación profesional de enfermera-paciente asentada en la confianza.
- Explique al paciente que usted es el profesional de enfermería y que está allí para ayudarle.
- Solicite médico la prescripción de un sedante.
- Tranquilice al paciente.
- Comunicar al paciente que el tratamiento antipsicótico le va a ayudar a organizar sus pensamientos. Le gustaría que lo tomara.
- Explique con cuidado la composición química del fármaco y sus posibles efectos secundarios. Incluya el mecanismo de acción, la farmacocinética y efectos deseados.
- Actúe de manera amable y colaboradora, desechando una actitud amenazante.
- Agradézcale la colaboración al paciente cuando tome la medicación.
Cuidados de enfermería en salud mental
¿Cómo debe desempeñarse un profesional de enfermería en salud mental?
Debe ser una persona que emplee todos sus conocimientos como especialista de la mente y de las emociones, para apoyar y acompañar terapéuticamente a los pacientes a desarrollar sus capacidades, a reconocerse a sí mismos, a solucionar sus propias crisis en las etapas de desarrollo y a instruirles sobre mecanismos y estrategias de adaptación, para vigilar su salud y afrontar el estrés; además, debe actualizarse permanentemente en su área.
La labor del enfermero(a) en salud mental, depende del escenario donde se desempeñe.
Puede trabajar desde la promoción de la salud en una comunidad de riesgo, conformando grupos interdisciplinarios en clínicas de la especialidad, a nivel público o privado; en atención primaria, tratamiento o rehabilitación, con encargados de unidad de intervención en crisis o cuidados intensivos mentales, etc.
Aunque es de amplio espectro la atención que puede brindar la enfermería en esta área, es importante resaltar que estos profesionales en salud mental no brindan psicoterapia, sin embargo, propician y están autorizados por la ley para ejecutar procedimientos terapéuticos de acompañamiento, como la “relación interpersonal de ayuda” (RIA), lo cual es un tipo de terapia breve.
También estos enfermeros manipulan muy bien la intervención en crisis de 1er y 2do orden, para lo cual cuentan con una extensa formación en técnicas de comunicación terapéutica, además de un componente en terapia familiar y grupal, asimismo, manejan modelos interdisciplinarios de intervención, como la entrevista motivacional.
En este aspecto es recomendable los aportes de la medicina familiar y comunitaria.
Ciertamente, la enfermería en salud mental no posee funciones del profesional en psicología o psiquiatría, sin embargo, los que se dedican a esas ramas afines tienen un bien común: la importancia de la persona y su salud mental.
En esta rama de la enfermería se guía y escucha al paciente; su labor va más enfocada a la orientación y no a la medicación, lo que entra en contraste con psicólogos y psiquiatras, reconociendo la encomiable labor de todos.
Enfermería y salud mental: evolución del concepto
Antiguamente, las enfermedades mentales expresaban un origen sobrenatural, curados solo por procesos religiosos. En el siglo IV a.C., los griegos y romanos modificaron esa concepción: Hipócrates le confiere un origen material a la enfermedad mental, cuando estructura una 1ª clasificación de las enfermedades en general.
En Roma se dispensaba un trato humanitario como hidroterapia, catarsis; siguiendo la misma orientación que los griegos. Algo parecido sucedía en la cultura Árabe, en la que destacó por sus estudios.
En el transcurso de la Edad Media y el Renacimiento hubo un retroceso, volviéndoles a asignar el carácter sobrenatural, sobresaliendo el carácter demonológico (de los demonios), que duró hasta el XVI o XVII. Para este momento se retoman las explicaciones naturales de la enfermedad.
Ya en el siglo XIX comienza el desarrollo de fármacos, vacunas, avances en técnicas quirúrgicas y tecnología médica. En el transcurso de las décadas de 1920 – 1960 se desarrolló la Sociología Médica y hay un marcado interés por la salud Física.
Luego se plantea la posibilidad de que la Psicología intervenga en los servicios médicos. En los años de 1970 – 73 se experimenta un sensible crecimiento del interés profesional por investigar en el campo de la salud.
En 1973, L. Birck planteó el término Medicina Conductual o Comportamental para remitirse al uso del Biofeedback como forma de terapia centrada en el aprendizaje de dificultades biomédicas (dolores de cabeza tensionales, epilepsia, migrañas, enfermedad de Reynaud).
Es una técnica para controlar las funciones fisiológicas del organismo humano, a través de la utilización de un sistema de realimentación que notifica a la persona sobre la situación de la función que se desea controlar, de manera voluntaria.
El objetivo de este tipo de terapia era intervenir en trastornos físicos, desde un enfoque conductual. En 1974 se crean los dos primeros Centros de Medicina Comportamental.
Luego en 1977, se celebra en la Universidad de Yale la Conferencia de Yale sobre Medicina Conductual que macaría un antes y un después en la concepción de las dificultades biomédicas o enfermedades, y que aun en nuestros días es incuestionable: el rol que tiene lo psicológico o comportamental en el desarrollo, prevención y sanación de enfermedades. O de otro modo, la relación cercana que existe entre el organismo, su conducta y el ámbito en el que se desenvuelve.
Para ese entonces Engel plantea el modelo biopsicosocial, alternativo al biomédico, y ya para 1978 surge profesional, institucional y formalmente la Psicología de la Salud.
Se fundan por estos tiempos las dos primeras sociedades científicas de Medicina Comportamental, en Washington y Chicago. Y en 1979 sale a la luz el primer libro sobre la Psicología de la Salud (Healt Psichology) y se publican los dos primeros libros sobre Medicina Comportamental.
Para 1980 -1982, Metarazzo plantea una subespecialidad (Salud Comportamental).
Se divulga la revista “Healt Psichology”, (exclusiva de la Psicología de la Salud) 1983 – 1985. Conferencia Nacional sobre la educación y entrenamiento de los psicólogos de la salud.
Weiner define la Medicina Psicosomática (1994) y Bishop (1995) citó tres elementos importantes que apoyaron el interés por un acercamiento teórico y dinámico más comprensivo que el tradicional; modelo médico de enfermedad.
Ya para el Siglo XXI se define la distinción fundamental entre la Medicina Comportamental y Psicología de la Salud. Últimamente, se han desarrollado técnicas de terapia familiar, que evitan significativamente la necesidad del reingreso de los pacientes con enfermedades mentales prolongadas.
La familia hoy día está involucrada muy estrechamente, en el tratamiento. Igualmente, los pacientes con enfermedades mentales que precisan ser hospitalizados tienen menos riesgos, que en el pasado, de padecer aislamiento y autocontrol, y a menudo se les incorpora precozmente en programas de hospitalización parcial, y de tratamientos en centros diurnos, de esta manera los pacientes se hospedan en su domicilio o en casas compartidas.
Control mental
Es una técnica o conjunto de técnicas orientadas a la transformación de los procesos mentales de los individuos. Puede emplearse sobre la propia persona o en personas ajenas, con fines diversos: desde la superación del propio ser y sus destrezas mentales, mediante el dominio de la mente, pasando por la curación de complejos o dificultades mentales, hasta el uso perverso, tal como la manejo de otras mentes.
Se usa en salud mental para el estudio de las reacciones en el sentimiento, pensamiento y comportamiento del ser humano. Las técnicas, cuya eficiencia está científicamente comprobada, se aplican para el desarrollo de la mente en todas sus fases. Si lo realiza la propia persona sobre su mente, se emplea para el autodominio de los pensamientos y por consiguiente, de las emociones.
Importancia de enfermería en salud mental
Con frecuencia, héroes de la cotidianidad y sus logros, no reciben ni el reconocimiento debido, ni el despliegue comunicacional que deberían tener en todo momento. La sociedad en general tiene una gran deuda pendiente con las enfermeras y los enfermeros de Salud Mental.
Por estos profesionales especialistas, que por su trabajo diario, su formación y experiencia, que cuidan y atienden a miles de personas en todo el mundo, muchos pacientes pueden hacer una vida digna, sin estar estigmatizados o enclaustrados en cuatro paredes. Son además, los que hacen el contacto más directo e inmediato con unas personas que en esta sociedad, muchas veces convulsionada y con una trasposición valores, no podrían hacer su vida diaria sin el monitoreo y el conocimiento de estos profesionales de la Enfermería.
Esta labor tan importante no es reconocida debidamente. Sin su trabajo estas personas no tendrían un asidero al que aferrarse.
Enfermería en salud mental permanecen muchas horas del día con los pacientes ingresados en un hospital; por suerte, su labor profesional se ve recompensada, año tras año, con el reconocimiento público de esos pacientes que esa entrega diaria, a pesar de los recortes y de las condiciones de laborales adversas.
También en Salud Mental son las enfermeras(os) quienes se encuentran todo el tiempo con los pacientes, que conocen sus nombres, los que saben cuándo y cómo han llegado; los que se comunican por teléfono si no asisten a la consulta; los que conversan con ellos, les tranquilizan y les ayudan a sobrellevar una patología que únicamente puede tratarse con el cuidado, la dedicación y la profesionalismo con que la manejan ellos.
Sin la enfermería no se sostendría ningún sistema sanitario. Esta época requiere más que nunca la presencia de estos profesionales, Especialistas en Salud Mental, que deben laborar en las mejores condiciones, y vean reconocida su labor, legal y socialmente.
Sin ellos muchas personas no podrían desarrollar la vida que llevan. Contribuyen de manera decidida a mejorar nuestra sociedad, son héroes anónimos, a los que no se debe dejar a su suerte o en limbos legales.
Son héroes anónimos, desconocidos para el grueso de las sociedades, sin embargo, bregan arduamente, de noche y de día, por el mejoramiento mental de muchas personas. Son la esperanza de muchas familias para el mejoramiento y el regreso de sus familiares, de la oscuridad.
Son la mano derecha de los psiquiatras y de los psicólogos clínicos, y por su puesto, del paciente y de sus familiares. Tanto es así que en algunos casos, son los mejores amigos de los pacientes, ya que se convierten en sus aliados, en la persona en quien más confían, en los que tienen la esperanza de una mejor calidad de vida, y de regresar de las tinieblas.
Tendencias actuales en la enfermería de salud mental
La OMS, a través de su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), y por la APA (Asociación Americana de Psiquiatría); han logrado desarrolla varios consensos, referidos a trastornos mentales y del comportamiento.
Se puede deducir que la atención a la salud y a la enfermedad mental continúa centrada en la patología del cerebro, y del sistema nervioso en general; enriquecida con los aportes significativos de la Enfermería, la sociología y diferentes ramas de la psicología.
Por otra parte, la Enfermería Psiquiátrica ahora se define como Especialidad de las Ciencias de la Salud y Antropológicas, capaz de estudiar las eventualidades biológicas, las motivaciones psicológicas, psicodinámicas y las condicionantes socioculturales de la enfermedad mental; en sus diferentes formas, aplicando los tratamientos y la atención oportuna.
Podemos afirmar entonces, que la rehabilitación real del paciente con enfermedad mental, sólo puede lograrse en la proximidad de la familia, en la comunidad donde convive, a través de la redireccionamiento de la psiquiatría hacia la Atención Primaria de Salud.
Virginia Henderson, afamada enfermera, establece en 1979 una definición clásicas de Enfermería, al considerarla como el “encuentro” de un paciente con su familia, en el cual el personal referido observa, comunica, atiende, ayuda y enseña; apoya, además, la conservación de un estado optimizado de salud, y proporciona atención durante la enfermedad; hasta que el paciente logre asumir la responsabilidad inherente a la plena satisfacción de sus necesidades básicas como ser humano.
Esto se deduce que el personal de Enfermería, convive con el paciente prácticamente las veinticuatro horas del día, en una Unidad Psiquiátrica de Hospitalización. Esto concede a ese profesional un papel determinante en la práctica asistencial diaria; sin embargo, esto depende de lo que el equipo decida, de cuál sería el papel del equipo de Enfermería.
Asimismo, nuevas alternativas para el tratamiento de la salud mental, derivadas de los avances en la farmacología, e intervenciones exitosas fundamentadas en modelos conductuales y psicosociales; han minimizado considerablemente el tiempo de hospitalización, y ha mejorado considerablemente la calidad de vida de los ciudadanos que presentan trastornos graves.
Lamentablemente, se espera que la prevalencia e incidencia de estos enfermos aumenten, en vista de problemas como violencia, pobreza, aumento en el abuso de drogas y envejecimiento de la población, entre otros elementos.
La asistencia de los problemas de “salud mental”, actualmente ha mejorado y es más eficaz que hace años, incluso a todos los niveles de asistencia: hospitalarios y ambulatorios, especializados o no. Las dificultades de ansiedad y depresión, leves y moderadas; los trastornos adaptativos, los síntomas somáticos sin explicación médica; el abuso de alcohol y las dificultades psicosociales; son los síndromes psiquiátricos de mayor incidencia entre la población, e igualmente entre personas que asisten a consulta de medicina general.
Estos síntomas, en su gran mayoría, vienen asociados a enfermedades médicas frecuentes (graves o no) y, en ocasiones, son la expresión de las incertidumbres, preocupaciones y limitaciones que la enfermedad presenta para el paciente en cuestión, o su entorno familiar.
Por otro lado, los problemas de orden familiar o social están presentes en muchas personas de nuestro medio, y golpean con contundencia a amplios sectores de la población, en especial aquellos que de menos recursos culturales y económicos.
En conclusión podemos asegurar que el papel de la Enfermería, dentro del equipo psiquiátrico, es igual al de los otros miembros; siempre en función de la formación del personal, lo cual no debe ser abandonado en ningún momento, para que así esta disciplina siga en constante evolución a través de la formación.
Enfermería en salud mental tiene un papel indiscutible en el equipo de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica, muy diferente al tradicional de simples cuidadores y vigilantes, ya que, por las bondades de la profesionalización, y a los nuevos avances, la Enfermería hoy día es determinante en la rehabilitación de las personas con enfermedades mentales.
Funciones y aspectos socioculturales de enfermería en salud mental
La cultura ejecuta una influencia significativa sobre la enfermedad mental y su tratamiento. Incluso, la enfermedad mental se define desde un contexto cultural.
Un comportamiento evaluado como apropiado en una cultura puede ser considerado como locura en otra. La cultura es un hecho social, se aprende mediante experiencias vividas, y se trasmite a través de las sucesivas generaciones.
En la cultura se comparten creencias, actitudes, suposiciones, valores, y comportamientos de un grupo. Contiene componentes ideales y reales.
Para conseguir que la atención sanitaria en salud mental sea integral y eficiente, el personal de enfermería debe valorar el impacto y el significado que tiene para el paciente, sus características culturales.
La enfermedad puede considerarse como una alteración física, pero también como un estado de variación social, emocional, e intelectual. Cuando surgen los signos y síntomas de una enfermedad, la persona se manifiesta de alguna de una de las siguientes formas:
- Busca aliviar los síntomas
- No hacer nada
- Vacilar sin llegar a tomar una decisión real
- Negar la existencia de la enfermedad
Los pacientes se informan sus estados emocionales en función de sus contextos culturales. El personal de enfermería debe ser receptivo si quiere ser terapéuticamente eficaz. Todos nos comunicamos: algunos en un tono más alto que otros.
En cuanto al espacio y territorio del paciente hay que considerar y respetar el grado de comodidad del paciente en cada distancia, y garantizarle el uso de su espacio circundante. La mayoría de las personas, incluyendo los pacientes, tienen la necesidad de marcar su territorio. Para muchas personas su territorio fortalece su sensación de seguridad, autonomía, identidad y control sobre el medio ambiente.
Los ciudadanos protegen su territorio aunque éste sea una cama de hospital o una habitación para una sola noche, y quienes provean cuidados sanitarios pueden descuidar este aspecto.
En cuanto al factor tiempo los pacientes con alteraciones mentales frecuentemente perciben de manera errónea el tiempo; para ellos éste puede pasar muy lento o excesivamente rápido. Incluso, en ocasiones son incapaces de diferenciar el día de la noche, y es habitual su incapacidad para adaptarse a planificaciones temporales.
Enfermería en salud mental debe observar esta categoría para hacer más eficiente su labor asistencial. En los elementos biológicos, el personal de enfermería debe prestar atención a las evaluaciones físicas que incluyen diferencias de oídos, masa muscular, nariz, dientes, estructura corporal, ojos, y color de piel.
Deberá igualmente, observar la estructura genética de la persona, que está establecida por su grupo racial: La apariencia física, actividades metabólicas y susceptibilidad a las enfermedades. Igualmente, algunas características psicológicas pueden estar asociadas a con diferentes grupos culturales.
El reducido nivel socio económico de ciertos grupos puede perturbar la salud mental cuando la asistencia sanitaria, la vivienda y la educación están debajo de valores normales.
Para el trabajo de enfermería en la fase de evaluación, que corresponde a la recolección de datos, se requiere revisar historias médicas, efectuar historias de enfermería, y efectuar observaciones e intercambios de ideas con los miembros de la familia, y los amigos para conocer con certeza la imagen del paciente.
Cuando se realiza la valoración cultural la enfermera debe atender:
- La comunicación
- Control medioambiental
- Espacio y territorio
- Orientación social
- Elementos biológicos.
El siguiente paso es clasificar los datos en campos asociados a identificar los problemas o las preocupaciones. Se estudia cada problema y se elabora un diagnóstico de enfermería.
Entre los ejemplos de diagnóstico de enfermería con un componente cultural significativo se mencionan:
- Alteración del mantenimiento de la salud
- Manejo inapropiado de los regímenes terapéuticos
- Alteración de los procesos de pensamiento, impotencia, miedo, ansiedad, deterioro del afrontamiento, trastorno de la autoestima, y aislamiento social.
Luego se formulan las acciones de enfermería en un plan de cuidados y se ejecutan. En la fase final de proceso, la valoración, se define la eficiencia de los cuidados de enfermería.
Enfermería en salud mental y comunitaria
Es un desplazamiento en el enfoque de la atención psiquiátrica y de salud mental del individuo, hacia la interacción entre ésta y su medio. Contempla las actividades efectuadas en las comunidades asociadas a la salud mental.
Prevención Primaria, Secundaria y Terciaria
La prevención primaria de los trastornos mentales se procura hacer mediante planes de educación de los padres y de los niños, programas de motivación infantil, así como agrupaciones de juego para la socialización temprana.
La prevención secundaria se desarrolla desde los servicios de intervención de crisis, que comprenden las líneas telefónicas permanentes, y aquellos donde no es preciso cita para ser atendido.
La prevención terciaria se encuentra disponible para todos los grupos socioeconómicos en forma de soporte familiar, servicios domiciliarios, hospedaje residencial y hogares de transición.
Fundamentos Filosóficos
Se parte de la base filosófica, en salud mental comunitaria, que los servicios que se ofrecen para atender esa patología deben estar y permanecer al alcance de todo el que lo necesiten, independientemente de sus características personales.
Se ha reformado la oferta de los servicios a los pacientes para excluir los cuidados con régimen de ingreso a largo plazo, e investigar nuevas vías de tratamiento. Los enfermeros y otros trabajadores de la salud mental se han aplicado cada vez más en la evaluación y el tratamiento de la patología social.
Historias e Influencias
La promoción de la salud mental comunitaria ha revolucionado la psiquiatría. Los adelantos en psicofarmacología han jugado un rol de suma importancia, con frecuencia no consignado, en el tratamiento de salud mental asentado en la comunidad.
Para el año 1963, la responsabilidad de los cuidadores y el tratamiento aplicado a personas con enfermedad mental era responsabilidad de los gobiernos locales y estatales; la ley de centros de salud mental comunitarios del año 63 fue la base de la legislación en materia de salud mental.
Proceso de Enfermería en la Salud Mental Comunitaria
En este campo, Enfermería en salud mental comunitaria tiene la ocasión de laborar con la persona, en una interacción entre el hombre y su medio ambiente. A lo largo de la historia contemporánea la enfermera ha desarrollado un rol principal en la atención de servicios de salud mental comunitaria, concertando los conocimientos de salud pública con los de enfermería psiquiátrica.
Valoración y Diagnóstico Enfermero
La evaluación que hace el personal de Enfermería en salud mental al paciente con alguna patología psiquiátrica, la cual la realiza en la comunidad, toma en cuenta varios elementos, entre los cuales contemplan condiciones económicas que favorecen directamente el incremento de la tasa de enfermedad mental.
El estatus sociocultural con frecuencia afecta la situación económica del paciente, por ello el personal de enfermería debe estar consciente de las carencias del entorno del enfermo y actuar de forma lógica en relación a éste.
Planificación
El equipo de tratamiento evalúa escrupulosamente las necesidades del paciente, y los recursos de los cuales dispone la comunidad. La planificación tiene en cuenta los objetivos que el paciente, la familia y los allegados quieren obtener.
Intervención
Una referencia de utilidad para la planificación de la intervención de salud mental comunitaria es el modelo de promoción y prevención primaria, secundaria y terciaria.
Enfermería en salud mental evalúa el nivel de estrés de los enfermos y las conductas de afrontamiento, y motiva a nuevos patrones de conducta adaptativa, y nuevas destrezas de afrontamiento. La enfermera de salud mental comunitaria favorece al paciente en la determinación de sus necesidades, dificultades, recursos, potenciales, etc.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a valores?
Los valores están presentes en toda actividad humana; sin embargo, el pensamiento científico hace esfuerzos por situarse como planteamiento de conocimientos objetivos basados en hechos y reglas libres de valores.
Vemos que los valores, en muchas ocasiones se contraponen a los hechos, por cuanto se trata de significados que una persona concede al objeto, como consecuencia de un proceso valorativo o de evaluación subjetivo. Incluso, el mismo conocimiento biomédico asume esta hipótesis de supresión de los valores, y busca precisar la patología como una disfunción, o una desviación del funcionamiento normal de una determinada estructura u órgano.
Sin embargo, la enfermedad mental se presenta como una manifestación de la totalidad del sujeto, de su comportamiento como persona. Por ello el profesional en Enfermería en salud mental requiere –incluso para diagnosticar- apoyarse no sólo en los hechos observables (la conducta), sino en la interpretación que hace el paciente de su entorno, en sus evaluaciones, en cómo le ha afectado la patología su funcionamiento social.
Para los trastornos mentales graves, por afectar el cerebro, que no puede elegir y que es el responsable de la globalidad de la persona, habitualmente comportan situaciones donde la autonomía está reducida.
Se trata de falta de competencia para tomar decisiones.
Esto implica un riesgo para los mismos derechos del paciente, ya que en dichos casos, por lo general, son los médicos (y en parte, los familiares) los que disponen en su nombre.
Por estas implicaciones, en salud mental; la moral, la honestidad, la honradez, o sea la ética, no es sólo un aspecto asociado a las grandes decisiones sobre la vida y la muerte, sobre complejos conflictos de valores que perturban al ser humano, sino, y por encima de todo, un asunto de la cotidianidad.
Se debe partir de una ética de la responsabilidad, atendiendo atendemos los principios, tomando en cuenta la realidad. No se trata de practicar una ética abstracta, sino que, a través del debate buscar la ponderación de las consecuencias reales de las decisiones.
Los valores se pueden abordar desde tres ópticas: los derechos de los pacientes, la hospitalidad, y la importancia de los profesionales y la institución. Si se pretende que estos ejes no se conciban como simples valores de aceptación, sino que efectivamente apoyen a regular nuestras decisiones y conductas, se debe tomar de manera dialéctica las contradicciones y conflictos entre ellos.
El eje de los derechos es determinante. En los trastornos graves, el riesgo de pérdida de autonomía es muy alto, por ello el respeto a la libertad en cada momento es crucial, de acuerdo a la capacidad del paciente. La intervención del paciente en primera persona, es igualmente un objetivo primordial.
El segundo eje es la Hospitalidad. Significa reconocer la particularidad del paciente, protegerla de manera integral, siempre con una actitud abierta a escuchar. Admitir igualmente, las necesidades de las familias.
Las necesidades apremiantes de los pacientes más comprometidos implican obligatoriamente, un patrón de atención multidisciplinario, dentro del cual las respuestas a las exigencias psicológicas, de enfermería, médicas, sociales, ocupacionales, y espirituales; estén razonablemente disponibles en los servicios.
Aunque siempre se debe proteger y guiar, la restricción de la cartera de servicios puede entrar en conflicto con ciertas necesidades sociales (por ejemplo, vivienda) de muchos de los pacientes.
La tercera óptica es la de los profesionales y la organización. Comprende la salud de los profesionales, sus condiciones de laborales y su participación activa en la organización. Ello va a redundar en la calidad del buen profesional. Se debe estimular a los profesionales, que aportan más valor añadido al servicio, y formular pactos de eficiencia, cruzando la eficiencia que Enfermería en salud mental persigue con los recursos disponibles. Fomentar una cultura de identidad, orientada a la creación.
En el marco de la experiencia del individuo y su interacción con el medio, podemos entender la presencia de los valores, de una manera práctica. Por su parte, los valores institucionales están subyacentes en muchas de las actuaciones cotidianas, pero no sobra para nada expresarlos, analizarlos y hacerlos presentes en escenarios dedicados al conocimiento y a los profesionales.